Un ratón se subió a un frasco y descubrió que estaba lleno de granos de trigo.
Se puso muy contento al encontrar tanta comida porque ya no necesitaba esforzarse y correr para ir en busca de alimento.
Mientras disfrutaba del festín de granos, no advertía que cada vez se metía más dentro del frasco.
Cuando finalmente llegó al fondo, se dio cuenta de que estaba atrapado y de que ya no podía salir.
Ahora, para seguir viviendo, dependía de que alguien le diera de comer.
Ya no podía ir a ningún otro lado fuera del frasco que lo contenía, ni elegir qué granos comer.
De aquí se desprenden algunas lecciones más que evidentes
1) Las cosas muy fáciles a corto plazo pueden conducir a trampas en el largo plazo.
2) Aceptar las cosas que no requieren esfuerzo, puede llevarnos a quedar atrapados en la dependencia.
3) Cuando no utilizamos nuestro potencial, no mejoramos nuestras habilidades, y no estamos obligados a mejorar y a esforzarnos, no sólo perderemos de a poco nuestras habilidades, sino también nuestra capacidad de elegir, y la libertad.
4) Si no adoptamos la decisión correcta en el momento oportuno, agotaremos nuestros recursos y perderemos la capacidad de decisión.
5) La libertad se puede perder muy rápidamente si no se lucha todos los días por ella.
6) Nada llega sin esfuerzo en la vida, y si llega, tal vez no valga la pena.
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